La meditación, practicada correctamente, es el proceso simple de apartar la atención de condiciones y circunstancias que, cuando uno está conciente de ellas y se sobre-identifica con las mismas, fragmentan y nublan nuestras percepciones. La meditación, si nos mantenemos alertas y observantes, nos permite experimentar fácilmente niveles puros de conocimiento y estados de conciencia. La práctica con regularidad nos provee oportunidades frecuentes para descansar física y psicológicamente. Mientras tanto, se libera la atención para explorar estados de conciencia más refinados y para experimentar, fácil y espontáneamente, el desarrollo de cualidades innatas espirituales.
el secreto para una experiencia meditativa exitosa es de estar cómodo con el proceso, permitiendo que los reajustes constructivos de los estados mentales y de la conciencia ocurran naturalmente. Por esta razón, se recomienda que, mientras estés meditando, evites la ansiedad, así como cualquier inclinación que puedas tener de alcanzar algo o hacer que algo suceda. La ansiedad hacia el resultado de una acción indica una actitud de carencia y nos mantiene de masiado egocéntricos. El esfuerzo personal, o el hacer uso excesivo de la fuerza de voluntad para lograr una meta o hacer que algo ocurra, viene de una autoconciencia a la que debes renunciar para que los niveles de conciencia más refinados puedan percibirse y experimentarse.
Necesitas saber que eres un ser espiritual para que puedas hacer cosas que te ayuden de manera que tus cualidades innatas se desarrollen y expresen. Las personas que están identificadas con características personales de sí mismas, o con su cuerpo físico, o con circunstancias exteriores, a veces olvidan su naturaleza esencial como seres espirituales. Entonces, si ellos intentan facilitar su crecimiento espiritual, tienden a pensar que deben cambiar su naturaleza humana, condicionada, a una espiritual.
La verdad es que la condición humana no cambia a espiritual; cuando la situación es ideal, nuestra naturaleza espiritual despierta y florece, permitiéndonos comprender que sólo utilizamos la mente y el cuerpo, mientras que nuestra realidad, nuestra naturaleza espiritual, permanece siempre como lo que es.
Aunque el propósito principal de la meditación es de facilitar el despertar de la conciencia espiritual, los beneficios adicionales que contribuyen a nuestro bienestar y nuestro mejor funcionamiento son varios:
• Las transformaciones mentales y el proceso del pensamiento se vuelven más organizados como resultado de la calma meditativa y de la influencia de los estados refinados de conciencia.
Se fortalece el aparato inmunológico y las funciones fisiológicas se vuelven más eficaces y equilibradas.
• Decrecen los procesos del envejecimiento biológico. Los meditadores de más edad, son más jóvenes de cuerpo y mente, que sus años del calendario hacen pensar.
• Se reducen los síntomas del estrés. El aparato nervioso está refinado y activo, permitiendo que la conciencia se procese con más facilidad.
• Se despiertan las energías regenerativas y dirigidas por una inteligencia innata, que vitalizan el cuerpo, fortalecen la mente y tienen influencias restaurativas y curativas.
que los engaños y percepciones erróneas se disipan. Se despierta la intuición, permitiéndonos saber directamente lo que deseamos saber y experimentar: un sentido vívido de orientación interior infalible.
• Aumenta el aprecio de la vida.
• Se estimula la creatividad.
• Se despiertan las cualidades espirituales innatas, permitiéndonos tener capacidades de penetración mental y habilidades superiores.
• Se nutre el crecimiento espiritual auténtico, rápido, y agradable debido a que el cuerpo, la mente y la conciencia quedan benéficamente influidos por los estados de superconciencia refinada.
Necesitas saber que eres un ser espiritual para que puedas hacer cosas que te ayuden de manera que tus cualidades innatas se desarrollen y expresen. Las personas que están identificadas con características personales de sí mismas, o con su cuerpo físico, o con circunstancias exteriores, a veces olvidan su naturaleza esencial como seres espirituales. Entonces, si ellos intentan facilitar su crecimiento espiritual, tienden a pensar que deben cambiar su naturaleza humana, condicionada, a una espiritual.
La verdad es que la condición humana no cambia a espiritual; cuando la situación es ideal, nuestra naturaleza espiritual despierta y florece, permitiéndonos comprender que sólo utilizamos la mente y el cuerpo, mientras que nuestra realidad, nuestra naturaleza espiritual, permanece siempre como lo que es.
Aunque el propósito principal de la meditación es de facilitar el despertar de la conciencia espiritual, los beneficios adicionales que contribuyen a nuestro bienestar y nuestro mejor funcionamiento son varios:
• Las transformaciones mentales y el proceso del pensamiento se vuelven más organizados como resultado de la calma meditativa y de la influencia de los estados refinados de conciencia.
Se fortalece el aparato inmunológico y las funciones fisiológicas se vuelven más eficaces y equilibradas.
• Decrecen los procesos del envejecimiento biológico. Los meditadores de más edad, son más jóvenes de cuerpo y mente, que sus años del calendario hacen pensar.
• Se reducen los síntomas del estrés. El aparato nervioso está refinado y activo, permitiendo que la conciencia se procese con más facilidad.
• Se despiertan las energías regenerativas y dirigidas por una inteligencia innata, que vitalizan el cuerpo, fortalecen la mente y tienen influencias restaurativas y curativas.
que los engaños y percepciones erróneas se disipan. Se despierta la intuición, permitiéndonos saber directamente lo que deseamos saber y experimentar: un sentido vívido de orientación interior infalible.
• Aumenta el aprecio de la vida.
• Se estimula la creatividad.
• Se despiertan las cualidades espirituales innatas, permitiéndonos tener capacidades de penetración mental y habilidades superiores.
• Se nutre el crecimiento espiritual auténtico, rápido, y agradable debido a que el cuerpo, la mente y la conciencia quedan benéficamente influidos por los estados de superconciencia refinada.
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